Premios «Pómpilo de oro»

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Siguiendo la estela de Juan Palomo he decidido conceder los premios Pómpilo de oro, meramente honoríficos y de periodicidad esporádica como el blog mismo, que en esta convocatoria han correspondido a:

1. Francisco Cortés Gabaudan, por su página Recursos para Clásicas en internet.

Al poco de empezar a hacer páginas en Internet me di cuenta de que las había de dos tipos: las que ofrecían contenidos (temáticas) y las que servían para encontrar páginas de contenido, léase buscadores o índices. Pronto vi que las páginas temáticas, aunque fueran vistosas, creativas y difíciles de hacer, recibían pocas visitas, mientras que las segundas, aunque sosas, tenían muchísimas. Mil personas buscan mil páginas distintas a través de un mismo índice. Resultado: índice 1000 visitas, página específica una. Me pareció una situación injusta, porque los índices chupan su popularidad de la necesidad que existe de páginas temáticas. (Por cierto que entonces se pensaba que los ingresos por publicidad iban a ser jugosos; hoy nos contentamos, como los héroes homéricos, con la honra.)

Pues bien, pasado el tiempo he visto cómo los buscadores e índices específicos de clásicas han sufrido una vida azarosa: el buscador Argos ya fallecido, o el índice Iliada.net, de Iván Juanes, recientemente renovado, son ejemplos destacados. Pero la cosa tiene su lógica. Hacer una página temática lleva tiempo, pero una vez hecha ahí queda y su validez no merma con el tiempo. En cambio elaborar y mantener un índice es una labor titánica para un sólo hombre, porque requiere estar continuamente vigilando las novedades y, más difícil aún, suprimiendo los recursos desaparecidos o actualizando las direcciones. Visto lo cual, no arriendo la ganancia a quienes se dedicaron a ello.

Pues bien, de entre todos ellos sólo uno, Francisco Cortés Gabaudán, desde el Departamento de Filología Clásica de la Universidad de Salamanca, mantiene impertérrito, aunque a poco desfalleciente, su página de Recursos para Clásicas en internet. Va para él este premio, junto con el agradecimiento de quienes otra cosa no podemos darle. (Y una opinión: tal vez el futuro de este tipo de recursos esté en el uso de una herramienta colaborativa, como un wiki.)

2. Raúl del Pozo, columnista del diario El mundo, por sus continuas referencias a la antigüedad grecolatina, especialmente a la obra de Plutarco, hilvanadas a la tela del pasar de cada día.

Como se me acaba el resuello, seré breve: aquí un Encuentro digital, un poco viejo, con Raúl del Pozo, y allá una columna, Paseos en los blogs sobre la pernicie de la red precisamente. Cuando lo encuentre cuelgo uno de sus artículos con sabor a grecolatino vivo, porque precisamente éste no lo tiene. Hasta entonces, salud y libertad, como dice él que dicen los gitanos.

Foto del pez piloto
cortesía © Peter Wirtz

Y éste es el Pómpilo de oro, un pececillo que nunca hizo mal a nadie, como no fuera guiar a los tiburones y a las negras naves ávidas de rapiña. Para saber más del bicho, ver el post ¿Y quién es Pómpilo?.

Actualizado 30/4/2006. Encontrado artículo, entreverado de clasicismos, de Raúl del Pozo. Copio y pego.

Los amigos, de Raúl del Pozo. El Mundo (18 Febrero 2006).

Los tres jóvenes que pensaban suicidarse en Lober (Zamora) no estaban vinculados a sectas; «eran unos desencantados», según dos periodistas del programa de Ana Rosa Quintana que se infiltraron, a través de Internet, en el intento de suicidio para denunciarlo. Sin embargo, la Policía no descarta que el pacto para quitarse la vida pueda tener alguna connotación demoníaca. Muchos navegantes buscan sus ligues y también sus troncos en la Red, para integrarse en la basca. El deseo de tener amigos se refleja en los chats, los correos y en las citas. Antes para ligar o buscar colegas se iba a las discotecas o a las cafeterías; ahora se entra en Internet con el riesgo de enrollarte, no con un amigo, sino con un líder satánico. Todos los datos y encuestas reflejan la angustia de los jóvenes por encontrarse aislados, sin amigos. Algunos se alistan en las sectas, convencidos de que allí van a encontrar el tesoro del querer; como en los tiempos en que te decían que en la Legión podías llegar a comandante.

En los afectos y en el ligue, los jóvenes son consumidores compulsivos, promiscuos. Tal vez ignoren que tener un amigo es un prodigio; seguramente lo fue en los tiempos pasados porque Plutarco ya escribe que es comparable el deseo de poseer muchos amigos al afán de las mujeres disolutas en unirse con muchos hombres; amar con entrega absoluta es cosa de dos. Con un buen amigo vas que chutas; ser querido no es posible entre muchos, porque «como los ríos cuando son divididos en numerosos canales y acequias fluyen sin fuerzas y disminuidos; así la amistad al repartirse entre muchos se debilita por completo». Aquellos hermosos tiempos de la amistad romana, que se basaba en la certeza de que el amigo daría la vida por ti, a lo Marco Antonio, se han extinguido. Nada hay más prodigioso que contar con la sombra de un amigo. Sin embargo, eso de que la amistad sólo es posible entre hombres buenos parece hoy una chorrada, porque nadie es tan fiel como un gangster.

Según Borges, «los argentinos están mejor dotados para la amistad que para el amor o el parentesco». La única idea que puedo aportar a mis contemporáneos en este sentido es que algunas mujeres me engañaron, pero casi todos los amigos me traicionaron. Será una incapacidad mía, una mezcla de desconfianza, desencuentros políticos y guerras digitales, pero el caso es que cuando el tanatorio es como un cine de sesión continúa, me van quedando menos amigos. Tal vez como a Ovidio en el exilio «me toman por bárbaro, porque nadie me comprende; cuando eres dichoso contarás con muchos amigos, pero si los tiempos se nublan, estarás solo».

Los ángeles no tienen alas, como creía; lo descubrí en Wall Street, donde un tiburón de la bolsa decía: «Si quieres un amigo cómprate un perro». Pero no pienso meterme en ninguna secta. Ya estuve en muchas.

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Comentarios

  1. Francisco Cortés

    José María:
    Muchas gracias por el Pompilo de Oro que valoro mucho. Es verdad que mi dedicación a la página de recursos es algo desfalleciente, últimamente. También es verdad que no estoy yo sólo y que, por tanto, el Pompilo de Oro corresponde también a Susana González Marín que en la actualidad es la que dedica más tiempo a rastrear artesanalmente (sin rastreadores automáticos como hacen Google y análogos) la red para encontrar novedades. Es probable que con la eficacia creciente de los buscadores las páginas de recursos van perdiendo su sentido. También tienes toda la razón en que habría que ir a otro formato en el que hubiera una colaboración de los propios usuarios de la página. La verdad es que esa colaboración es muy escasa. Sin embargo, tengo la impresión de que el usuario medio sigue agradeciendo la existencia de este tipo de páginas aunque permanezca la mayor parte del tiempo agazapado.
    Muchas gracias; espero que el premio nos anime a seguir en la brecha a Susana González y a mí.
    Paco Cortés. Universidad de Salamanca.

  2. Gadea Reis

    Aplaudo el premio. No puedo estar más de acuerdo.
    La página me fue útil como estudiante y ,ahora que soy profesora, es con mucho la que más utilizo. Y también mis alumnos, que acuden a ella para completar temas que les intrigan o preparar trabajos.
    Y ellos concuerdan conmigo: es útil, rápida y fácil de manejar. Y muy, muy completa.
    No se podía esperar menos del profesor Cortés.

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