Paula Ortiz, la directora de cine española, es joven (quiero decir, para mi edad; o sea que tiene menos de porrocientos años) y guapísima. Por lo que sea, he buscado su nombre en Google y… !toma ya! El algoritmo ha elegido para representarla de forma más destacada una foto en la que sonríe mazo (juzguen ustedes aquí abajo, en la foto grande de la izquierda). Una foto que le hice yo mismo en persona el día que presentaba no recuerdo qué sarao en la Librería Cálamo de Zaragoza.
Subí la imagen a Wikimedia Commons (aquí en todo su esplendor) para insertarla luego en su página de Wikipedia en español, y con el tiempo alguien la cambió por otra. He hecho ya unas cuantas fotos de personalidades del artisteo, la filología y la cultura en general para Wikipedia, pero seguramente ninguna tan bonita como esta. Me pregunté una vez cómo fue así, y por qué salió igual de sonriente Pepa Blanes, una escritora amiga suya a la que hice una foto en una ocasión idéntica.
Paula Ortiz y Pepa Blanes, autoras cada una de lo suyo y amigas, fotografiadas por mí.
Y me di una respuesta curiosa que tiene todos los visos de dar en el clavo. Seguramente sonrieron tanto porque yo, a mi vez, estaba sonriéndoles a ellas mucho, y les hice tilín en las neuronas espejo que dice la ciencia que tienen (¿tenemos?) las personas empáticas; bueno, que dice la ciencia que tenemos todos, aunque algunos no ejerzan. Eso, y que me gusten tanto las chicas jóvenes, explicaría por qué en cambio los hombres me salen en las fotos tan serios: porque a estos no les sonrío tanto. Lógico de toda logicidad. Por cierto, que cuando le dije a uno, después de una primera toma en la que salió muy serio, «Y ahora una sonriendo», no le hizo ninguna gracia. Otrosí lógico.
Movido de la curiosidad, hago clic en la página de resultados de Google sobre Paula Ortiz, y la sorpresa salta cuando veo que el enlace no dirige a Wikimedia Commons, sino a su página en la Internet Movie Database (IMDB), donde yo no figuro como autor de la foto ni como nada. Simplemente no figuro en ella, ni yo ni la licencia Creative Commons By-Sa 4.0 International bajo la que la publiqué, tal y como debería ocurrir según establecen los términos de la licencia y figura en Wikimedia Commons. Que me la están robando, vamos. Me sorprende, aunque solo un poco, viniendo de un sitio tan profesional. En fin, que me toca ahora darles un toque para que dejen de robarme, bien añadiendo los datos que se han comido (autoría y licencia, con los enlaces correspondientes) o borrándola de su plataforma, lo que sería una pena teniendo en cuenta lo guapa que está la chica. «¡Las pastelerías cerradas y los bombones por la calle!» que gritaba el otro y he usado yo alguna vez con resultados variopintos de crítica y público. Salud, Paula y Pepa, si me leéis. ;)
Comentarios
Actualmente no hay comentarios a este artículo.