Todavía quedan piratas. Por el estrecho de Malaca, entre Malasia e Indonesia, pasa un tercio del tráfico marítimo mundial, y la tentación es muy fuerte. Japan today da cuenta de su último golpe. Y esto me recuerda que los griegos fueron en sus primeros tiempos piratas (hasta que Minos los metió en cintura) probablemente por las mismas razones: el tráfico comercial que bordeaba su tierra y la costa tan irregular, con sus ensenadas, ríos navegables e islas en los que esconderse. Todo según el relato de Tucídides 1.5, que dice que “no pasaban por ello vergüenza alguna, sino que en cierto modo obtenían mayor honra” (οὐκ ἔχοντός πω αἰσχύνην τούτου τοῦ ἔργου, φέροντος δέ τι καὶ δόξης μᾶλλον).
Actualizado (8/11/2005). No sólo en el estrecho de Malaca. La costa de Somalia también conoce los asaltos de piratas, en lancha y con lanzagranadas: elmundo.es.
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