Julio Pólux es un lexicógrafo greco-egipcio del siglo II. M. C. Howatson, en el Dicccionario de la literatura clásica (ISBN 84-206-5239-3), gasta una mala baba muy británica en su juicio crítico: “Su relación de treinta y tres improperios para un recaudador de impuestos hace que la obra merezca ser mejor conocida”.
El caso es que zascandileando hace tiempo en su Onomástico me encontré con una sección dedicada al vocabulario de los juegos infantiles, y pensé: “Qué gran idea. Se hace un librito con el texto en letras grandes y claritas, se ilustra con dibujillos naïf y, ¡hala!: todos los profes de griego a enseñar el corro de la patata (bueno, del boniato, que Colón todavía… en fin, ustedes ya saben)”. Eran tiempos que amenazaban reforma, cuando lo lúdico se vendía solo y se proponían optativas como “Química divertida” (yo me propuse contraatacar con un “Latín suavín”, pero como soy de natural pasivo me contenté con reirme la gracia).
Y ahí quedó todo. Pero la idea acabó pesándome con los años (la del librito, no la del latín), como si fuera un “tarea para mañana” recurrente. Así que, llegado como estoy a la edad del downshifting, he decidido arreglar el problema por la vía rápida:
IDEA EN BUEN
ESTADO VEND REGALO
RAZÓN: AQUÍ
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Julio Pólux 9.94-129.pdf
Pero antes de decirle adiós definitivamente, me permitiré acariciarla un poco. Comienza el pasaje de Julio Pólux diciendo: “Y ya que hemos hablado sobre los juegos que se practican en los banquetes (el cótabo, los grifos y, en un pasaje anterior, los dados), no estaría de más que diéramos un repaso rápido a las palabras usadas en los juegos, a la vez que aclaramos las dudas que surjan al respecto” (9.94).
Algunos juegos son deliciosos en su ingenuidad, como esta simpleza (9.123):
El juego llamado “Sal, querido sol” consiste en que los niños repiten esta cantinela cada vez que una nube tapa al dios; de ahí lo que escribe Estratis en Las fenicias: “Ojalá el sol obedeciera a los niños / cada vez que dicen ‘Sal, querido sol’”.ἡ δ’ «ἔξεχ’ ὦ φίλ’ ἥλιε» παιδιὰ κρότον ἔχει τῶν παίδων σὺν τῷ ἐπιβοήματι τούτῳ, ὁπόταν νέφος ἐπιδράμῃ τὸν θεόν· ὅθεν καὶ Στράττις ἐν Φοινίσσαις· εἶθ’ ἥλιος μὲν πείθεται τοῖς παιδίοις, / ὅταν λέγωσιν «ἔξεχ’ ὦ φίλ’ ἥλιε».
Sólo eso, pero imagino a los niños griegos tan reales como nosotros, cuando en el parvulario uno miraba al cielo y gritaba (y en un momento todos corríamos gritando): «¡Un avión a reacción! ¡Un avión a reacción!».
Y otro más (9.125). De chicas, o sea, soso y melodramático:
Y el tortitortuga. Es un juego de niñas, un poco parecido a “la olla”: una se sienta, la que hace de tortuga, y las demás corren a su alrededor y le preguntan:
– Tortitortuga, ¿qué haces ahí en medio?
Y ella contesta:
– Hilo lana y tejo una tela milesia.
Y ellas le preguntan de nuevo:
– ¿Y cómo murió tu hijo?
Y ella dice:
– Caballos lo arrastraron al blanco mar.ἡ δὲ χελιχελώνη, παρθένων ἐστὶν ἡ παιδιά, παρόμοιόν τι ἔχουσα τῇ χύτρᾳ· ἡ μὲν γὰρ κάθηται, καὶ καλεῖται χελώνη, αἱ δὲ περιτρέχουσιν ἀνερωτῶσαι·
– χελιχελώνη, τί ποιεῖς ἐν τῷ μέσῳ;
ἡ δὲ ἀποκρίνεται·
– ἔρια μαρύομαι καὶ κρόκην Μιλησίαν.
εἶτ’ ἐκεῖναι πάλιν ἐκβοῶσιν·
– ὁ δ’ ἔκγονός σου τί ποιῶν ἀπώλετο;
ἡ δέ φησι·
– λευκᾶν ἀφ’ ἵππων εἰς θάλασσαν ἅλατο.
Jélijelóni, tortitortuga, lunalunera. Nihil novum sub sole Nosotros, cuando entonces, haciendo no sé qué con las manos cantábamos:
En el Barranco del moro
hay una fuente que mana
sangre de los españoles
que murieron por España.
Pobrecitas madres,
cómo llorarán
al ver a sus hijos
que a la guerra van.
De boca en boca había pasado cincuenta años desde la guerra de África. Ahora dirán que no es una canción adecuada para los niños. ¿De verdad son tan tontos los psicólogos como nos los imaginamos (a los niños, no a los psicólogos)? ¿O los tontos somos nosotros? Y la niñita griega tejedora (gordita, sonrosada, reventona de salud) jugando a las tragedias.
Se me olvidaba. Me encantó encontrar este juego: uno clava un clavo en una madera y el otro, con otro clavo, intenta sacarlo. Y aclara el autor que de ahí viene el dicho: ἥλῳ τὸν ἧλον, παττάλῳ τὸν πάτταλον (9.120). En otras palabras: “Un clavo saca otro clavo”, como mil ochocientos años de tradición delante de las narices.
Nada más. Adiós, librito, que tengas un buen traductor y un feliz dibujante. Tu papá que no (ahora ya sí) te olvida.
Actualizado 28/5/2006. En mi ignorancia, que es un pozo sin fondo, desconocía este librito: Ludus. Cómo jugar como antiguos romanos, de Fernando Lillo Redonet, profesor de latín y activista de la cultura clásica en varios frentes.
Añadido 31/1/2008. Cuelgo una versión del tradicional Sal, solito (.mp3), cantado por una preciosa niña de tres años.
Comentarios
Sebastià #
Pues otro nihil novum curioso del primer juego que citas. En catalán hay una cancioncilla infantil que dice: “Sol, solet, vine’m a veure, vine’m a veure…”, es decir: pido al sol que venga a verme.
Ana #
La música: http://www.xtec.es/centres/a8040060/cibercanconer/MarcSol.htm
lillo #
A mi también me gustó hace tiempo lo de Pólux y todos los juegos romanos (y griegos), me puse a investigar con una buena bibliografía e hice un librito con algún que otro dibujo (alguno encargado a mi propio padre): Ludus. ¿Cómo jugar como los antiguos romanos? Librería Áurea, 2004. Y nunca se me ha ocurrido que la cultura grecorromana no pueda ser divertida, sin descuidar por supuesto la enseñanza de la lengua,pero procurando una inmersión total en ese fascinante mundo.
Ah, y un saludo, Pompilo.
i eso k inporta! #
ola m aburro muxo i no s k acr