Pequeña es la que se ha armado con la declaración de Quim Torra en la que manifiesta su preferencia por la vía eslovena a la independencia. Pequeña para lo que se merece, porque nadie elige el modelo de guerra en un catálogo de venta por correspondencia o en un menú:
—Oiga, camarero, yo le he pedido una guerra de independencia eslovena, de diez días y con sesenta muertos. ¡Sesenta! Y esta guerra es croata, con veinte mil muertos y de cuatro años. ¡Pero bueno…! ¿Esto qué es?
La incoherencia salta a la vista nada más empezar a leer el artículo sobre la Guerra de los Diez Días en Wikipedia. Esta guerra duró solo diez días por una carambola feliz que se da una vez entre un millón: Serbia firmó la paz con Eslovenia para concentrarse en la guerra simultánea contra la independencia de Croacia. ¿Resultado de esta última? La independencia de Croacia, sí, pero conseguida al precio de unos 15.000 muertos croatas, 6.000 serbios, 700.000 desplazados y una cantidad difícil de calcular de odio y trauma que se prolongará por espacio de una o dos generaciones. Una guerra civil de verdad, para entendernos.
Como Quim Torra sabe perfectamente, hay que estar muy loco para confiar en que a Cataluña la secundará en la insurrección cualquier otra comunidad autónoma, muy loco para soñar que Madrid firmará en diez días la paz con Barcelona para conservar Castellón y Palma, por poner un ejemplo. Como lo sabe, Quim Torra en realidad no ha proclamado a los cuatro vientos que es partidario de la vía eslovena a la independencia. Ha dicho que para él la independencia de Cataluña vale el precio de una guerra civil aquí y ya. Una guerra civil —pides una eslovena y te ponen una croata, què hi farem?— de 20.000 muertos y cuatro años, por ejemplo. En aplicación del imperativo categórico kantiano, doy por hecho que contempla entre las pérdidas asumibles la vida de su hijo, ya que le parece asumible la muerte de los hijos de otros.
Y en medio de tanta miseria moral los medios manipulando como quien no juega con fuego. Titula eldiario.es que «La oposición carga contra Quim Torra por reivindicar la vía eslovena sin tener en cuenta que hubo muertos». ¿De dónde saca el diario que no lo tuvo en cuenta? Es inverosímil que un nacionalista no conozca los datos más notorios de la independencia con la que sueña, ni la causa de su estrafalaria levedad. Así que, ¿cómo un medio que se pretende serio lleva una presunción exculpatoria tan burda a un titular? Y por el otro lado, y al mismo tiempo, titula El Mundo que «Cristina Pardo se disculpa por el “repugnante” reportaje de La Sexta sobre los votantes de Vox de Marinaleda». Se disculpa la periodista por identificar en un reportaje a los votantes que odian sus oyentes, como quien dibuja una diana en sus cabezas, sí, pero el adjetivo «repugnante» entrecomillado no pertenece a la disculpa, como afirma más que sugiere el titular, sino a la acusación que dirigieron los representantes de Vox a la periodista. Pero todo es bueno para el convento.
No doy estopa a un medio de la izquierda y a otro de la derecha al mismo tiempo porque sea un equidistante profesional. Muchas veces la verdad está en un extremo, sin paliativos. Sino porque las guerras civiles se evitan cuando los que habitan el centro mantienen la cordura y se unen contra las pulsiones asesinas —y lo que es lo mismo, suicidas— de quienes habitan los extremos. Cuando cada uno disculpa a sus manipuladores solo porque son suyos («Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta») el camino al desastre está servido. «Guerra civil» son palabras mayores que se evitan hablando de la Cataluña de hoy, porque dan pánico. Yo las digo en alto para que nos den mucho miedo y actuemos en consecuencia. ¿Quim Torra? Un incendiario, un loco peligroso.
Comentarios
JoseAngel #
Muy de acuerdo. A éste habría que mandarle una citación judicial, a ver si se va a Eslovenia en un maletero. Yo de eslovenia no quiero ni a Melania Trump. Pero precisamente estaba oyendo ahora este comentario sobre la ‘vía eslovena’ y tiene más de maldad que de tontería; ojo al parche: https://youtu.be/iFptbq9Sdj8