A ver, que un profesor de Griego y Latín de educación secundaria puede pasar sin Diogenes. Pues sí, pero a mí me mola tenerlo instalado, y más en Vitalinux. Empiezo por el principio. Diogenes 3.2.0 (sin tilde, el título del programa está en inglés) es un software libre desarrollado por Peter Heslin, profesor de la Universidad de Durham, para acceder a las bases de datos de textos e inscripciones en griego y latín distribuidas en CD más usuales: el Thesaurus Linguae Graecae y el PHI principalmente.
Instalar
Como es práctica habitual en Vitalinux, podríamos pedir a sus gestores que lo instalaran por defecto en todos los ordenadores de los centros de secundaria de Aragón que corren con Vitalinux; ellos lo programarían en un pispás y en el siguiente arranque de sesión de cada ordenador, se instalaría solo. Pero Diogenes es un programa demasiado específico, un capricho en realidad, y no tiene sentido sobrecargar de software todos los ordenadores de un centro o de toda una comunidad autónoma. Lo instalaremos, pues, en el ordenador del departamento o de la sala de profesores que vayamos a usar, en local.
Hay que entrar en la sesión de un usuario que tenga permisos de instalación, como los usuarios «dga» o «profesor», no «alumno» ni «invitado». Primero descargaremos de la página web de Diogenes el archivo de instalación de Linux. Como es un archivo comprimido (de nombre “diogenes-linux-3.2.0.tar.bz2”), el sistema nos propondrá abrirlo con el «Gestor de archivadores». Le damos a «Aceptar», y se descargará. Cuando se haya completado la descarga, automáticamente el «Gestor de archivadores» nos mostrará el contenido del archivo comprimido. Tenemos que hacer clic sobre la carpeta del programa, dar al menú «Extraer» e indicarle el lugar del ordenador en el que queremos que lo extraiga; por ejemplo, en «Escritorio».
Vamos al escritorio y abrimos la carpeta «diogenes-3.2.0». Hacemos clic en el documento «linux-installer.pl», y una ventana de diálogo nos preguntará qué queremos hacer con él. Damos a «Ejecutar» (no a «Ejecutar en el Terminal»). Aparentemente no ocurrirá nada, pero el programa se habrá instalado. Para comprobarlo, vamos al «Menú de aplicaciones > Educación» y allí estará el icono el programa, una delta mayúscula gris con el nombre «Diogenes». Así de fácil. Ahora hay que usarlo.
Usar Diogenes
Obviamente hay que tener uno o más CDs con las bases de datos en cuestión. Insertamos uno en el lector de CDs, por ejemplo el TLG-E, y esperamos a que el sistema lo detecte y monte la unidad (o bien montamos la imagen .iso que habremos creado previamente, pero esa es otra historia). Abrimos Diogenes y elegimos lo que queremos hacer con él.
Por ejemplo, una búsqueda en la base de datos: buscamos la palabra ναῦς —así, en nominativo del singular— en toda la literatura griega y Diogenes la encuentra sin despeinarse. Dice que sale 4.636 veces y se muestra dispuesto a llevarnos a todos esos pasajes, empezando por el poeta elegíaco Teognis que en los versos 855-56 afirma muy en su línea que:
Πολλάκις ἡ πόλις ἥδε δί᾽ ἡγεμόνων κακότητα
ὥσπερ κεκλιμένη ναῦς παρὰ γῆν ἔδραμεν.Α menudo esta ciudad por la maldad de sus líderes,
como una nave fuera de rumbo, ha corrido junto a la costa.
Con lo peligroso que es eso, como sabemos todos los marinos, también los de salón. «Los barcos se pierden en tierra» decimos, expresión que dio para titular una recopilación de artículos de Arturo Pérez Reverte, el escritor y navegante.
O podemos navegar directamente a un pasaje concreto. A modo de ejemplo, he leído en Wikipedia en inglés (WP:EN), en el artículo relativo a Antiphellos, una antigua ciudad de la costa licia, que Estrabón (14:666) la sitúa erróneamente en el interior del continente. Abro Diogenes, elijo la opción «Browse to a specific passage in a given text», doy a «Go» y en la lista de autores selecciono a «Strabo Geogr. (0099)» y entre sus obras la «Geographica», libro 14, línea 666. No siempre sale todo bien a la primera, y esta vez la numeración de las ediciones usadas en el TLG-E y en WP:EN no coinciden. Por otro procedimiento descubro que la numeración del pasaje que busco en la edición del TLG-E es 14.3.7.
Llego, ahora sí, a ese pasaje y efectivamente:
μεταξὺ δ’ ἐν τῷ λεχθέντι παράπλῳ νησία πολλὰ καὶ λιμένες, ὧν καὶ Μεγίστη νῆσος καὶ πόλις ὁμώνυμος, ἡ Κισθήνη. ἐν δὲ τῇ μεσογαίᾳ χωρία Φελλὸς καὶ Ἀντίφελλος καὶ ἡ Χίμαιρα, ἧς ἐμνήσθημεν ἐπάνω.
En medio de la citada travesía de cabotaje hay muchas islas y puertos, entre los que están la isla Megiste y la ciudad del mismo nombre, y Cistene. Y en la parte del continente están Felo, Antifelo y Quimera, de la que hemos hablado más arriba.
Si no sé qué significa exactamente el término παράπλῳ, hago clic sobre él y, como Diogenes lleva incorporado el diccionario de Liddell, Scott & Jones A Greek-English Lexicon por cortesía de la Perseus Digital Library, se despliega a la derecha el texto con la información que busco: παράπλοος ‘viaje costero o de cabotaje’ y también la parte de la costa por la que se hace ese viaje.
Finalmente llego a la conclusión de que no se equivocaba Estrabón, que de Grecia sabía un ᾠόν (discúlpenme ustedes el vulgarismo y el ripio), sino el lector inglés que entiende que μεσογαίᾳ solo puede significar el ‘interior del territorio’, cuando el propio diccionario LSJ, que ahora consulto en línea en Logeion, recoje la acepción A. II. 2 ‘continente’ que es más apropiada a este pasaje. Así que no se equivocada Estrabón: por contraste con las islas que hay en esa zona de la costa, «en la parte del continente están Felo, Antifelo y Quimera». Cualquier otro día entraría a WP:EN a enmendarles la plana, pero hoy no me apetece: me basta con ponerlo bien en la versión española del mismo artículo, que he creado en la Wikipedia en español: Antifelo traduciéndolo del inglés.
¡Oooooooopa! Humanidades digitales llaman a esto. Todo hecho —incluyendo la escritura y edición de este artículo y sus ilustraciones— con Vitalinux, o sea, Linux.
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