A estas alturas de la película aún se ponen a la venta bodrios como este. La editorial La esfera de los libros ha editado la Iliada y la Odisea con una introducción del catedrático de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid Domingo Plácido Suárez quien, por lo visto, se apunta a un bombardeo. La edición es aparente, incluso muy aparente, tanto que ambos volúmenes juntos pesan dos kilos y medio y cuestan 69 euracos, precio de amigo.
Pero a lo que voy. La traducción es del poeta parnasiano francés Leconte de Lisle, que tradujo ambas obras del griego al francés a mediados del siglo XIX (1866 y 1867). A su vez, la traducción del francés al español es de comienzos del siglo XX, obra de Germán Gómez de la Mata una y de Nicasio Hernández Luquero la otra, ambos escritores españoles de cierto nombre de comienzos del siglo XX. Ha llovido mucho desde entonces y la filología española del siglo XX ha dado a luz a plétoras de filólogos muy capaces de traducir a Homero directamente del griego al español con fidelidad y gusto. Sin ir más lejos, el profesor Plácido, que figura como editor aunque se limita a aportar una introducción y su nombre, se formó como filólogo clásico y sólo más tarde se profesionalizó como historiador de mucho mérito. Pero sus compañeros filólogos tienen un problema, y es que cobran por su trabajo, en tanto que estas traducciones, por más que huelen a rancio que tumban, le salen gratis a la editorial.
Por sus características, esta edición parece dirigida a personas con poca formación (y, también hay que decirlo, demasiada confianza en los catedráticos de Historia Antigua jubilados). Incluso puede que estos volúmenes se compren sólo para lucir intonsos en una estantería, y presumir ante las visitas de una cultura que no se posee. Pero es palmario que la editorial y el editor han decidido hacer caja con ambos, el confiado y el arribista. En la introducción el profesor Plácido pretende legitimar el recurso a estas traducciones con palabras filisteas (que reproduzco de Rogorn):
“…por más que el doble paso pueda dar la impresión de menor fidelidad, en obras como éstas no parece que la fidelidad literal sea el mejor criterio, dado que su pleno sentido es imposible y la pretensión de alcanzarla produce con frecuencia grandes dificultades para la lectura. (…) [Estas traducciones] consiguen una redacción fiel al espíritu de los poemas y hermosamente literarias”.
Estas palabras podrían leerse como un insulto a los traductores modernos de Homero, pero no es su intención, todo es mucho más sencillo: “Griego y francés, domicilio y hotel”.
Comentarios
Mark panos #
Valiente crítica y totalmente de acuerdo.
Exaltao #
Qué hijos de la grandísima meretriz de Babilonia, filólgos clásicos, os execro. Gran crítica.
Exaltao #
*filólogos, me dejé llevar por la emoción y el odio